Terror en TikTok: investigan a la expareja de Karla Robles por un caso que estremeció a sus seguidores

La ciudad de Tucumán quedó profundamente conmocionada tras la muerte de Karla Robles, una joven de 27 años cuyo fallecimiento fue presenciado en tiempo real por decenas de usuarios a través de una transmisión en redes sociales. Entre las 96 personas que siguieron la transmisión se encontraba su expareja, Diego Zerda, quien hoy permanece detenido de manera preventiva mientras avanza una investigación por instigación al suicidio y violencia de género.

El hecho ocurrió durante la madrugada del 24 de octubre, alrededor de las 3:20, en la vivienda donde Karla residía, ubicada en Congreso al 2700. Aquella noche, la joven inició una transmisión en vivo a través de TikTok y, lamentablemente, su decisión final quedó registrada en un video de poco más de un minuto.

Ese material —que posteriormente fue incorporado a la causa— resultó fundamental para que la Fiscalía reconstruyera el contexto previo, analizara la conducta de su entorno cercano y avanzara sobre las posibles responsabilidades penales.

Según confirmaron fuentes judiciales, la relación entre Zerda y Robles estaba atravesada por episodios de agresión y maltrato psicológico desde el año 2022. Los investigadores sostienen que el acusado habría ejercido violencia física y emocional de manera sostenida, colocando a la joven en un estado de alta vulnerabilidad emocional.

De acuerdo con los registros incorporados al expediente, el imputado mantenía una dinámica de hostigamiento hacia Robles. Testimonios y pruebas reunidas en la causa describen conductas intimidatorias, descalificaciones constantes y presiones que afectaban gravemente su estabilidad emocional. Además, la Fiscalía señaló que Zerda habría utilizado amenazas y manipulaciones para intentar controlar las decisiones de la joven, incluso advirtiendo sobre posibles represalias si ella no retomaba la relación.

Estas evidencias, junto con el contexto previo documentado por familiares, vecinos y profesionales que la acompañaron, forman parte del sustento que llevó a la Justicia a imputarlo por instigación al suicidio y violencia de género, cargos por los cuales permanece detenido de manera preventiva mientras avanza la investigación.

Durante la audiencia judicial, el auxiliar fiscal Lucas Manuel Maggio presentó la teoría del caso y los principales elementos que respaldan la acusación contra Diego Zerda. Entre las pruebas incorporadas figuran el informe médico legal, que determinó que la muerte de Karla fue consecuencia de asfixia mecánica; el video del momento transmitido en vivo, que resultó clave para reconstruir los hechos; y un audio enviado por Zerda al hermano de la joven minutos después del episodio, cuyo contenido fue considerado intimidante.

A ello se sumaron los testimonios de tres amigas de la víctima, quienes presenciaron la transmisión y declararon que Karla se encontraba atravesando un tratamiento psicológico. Las jóvenes señalaron que la víctima manifestaba temor hacia su expareja y que, en los últimos meses, había expresado preocupación por conductas que percibía como manipuladoras y emocionalmente perturbadoras.

En su exposición, el fiscal Maggio afirmó que “el imputado se aprovechó de la fragilidad emocional de la víctima y utilizó su vínculo afectivo para ejercer un control destructivo sobre ella”. También subrayó que el caso debe analizarse en el marco de violencia de género sostenida en el tiempo, lo que agrava la situación procesal del acusado.

Debido a estos elementos, el Ministerio Público solicitó la prisión preventiva por cuatro meses, alegando peligro de fuga y riesgo de entorpecimiento de la investigación. La solicitud también consideró que Zerda posee antecedentes judiciales por amenazas y desobediencia en causas previas.

Durante la audiencia, los padres de Karla hablaron entre lágrimas y exigieron justicia. Su madre expresó: “Él estuvo viendo el vivo cuando mi hija murió. Yo lo quiero en el penal.” Su padre, en tanto, sostuvo con firmeza: “Si lo dejan suelto, habrá otra Karla.”

La defensa del acusado pidió que la medida cautelar se cumpliera en el Hospital Obarrio, bajo arresto domiciliario y monitoreo mediante geolocalización. Sin embargo, tras analizar las pruebas y el informe forense, el juez concluyó que Zerda puede ser alojado en un establecimiento penitenciario.

Finalmente, el magistrado ordenó dos meses de reclusión preventiva en el servicio penitenciario provincial, mientras avanza la investigación. La causa busca determinar si el accionar de Zerda tuvo una influencia directa sobre la decisión de la joven y si existió coacción psicológica o manipulación emocional que contribuyera al trágico desenlace.

El caso de Karla Robles reabre el debate sobre la violencia de género en entornos digitales y el profundo impacto emocional que puede generar el acoso psicológico dentro de una relación. También evidencia la necesidad de reforzar las redes de contención, los mecanismos de denuncia y la asistencia integral a víctimas, especialmente cuando las dinámicas de control y manipulación se amplifican a través de las redes sociales.

Subir